Con el objetivo de que los beneficios de la democratización de la energía llegue a la ciudadanía en su totalidad, la Unión Energética de la Comisión Europea sitúa a los consumidores en el centro de su política energética, dándoles mayor peso y un papel más activo. De hecho, en la nota de prensa de la institución se destaca la libertad de los consumidores a la hora «de generar y consumir su propia energía en condiciones justas», tanto para conseguir un mayor ahorro económico como para ayudar al medio ambiente y asegurar la seguridad de suministro.