Los programas de los partidos políticos parecen estar dando señales de que tal vez sea posible un pacto por la energía, un verdadero pacto de Estado para los próximos quince años o más, porque podría alargarse hasta 2050. Y ya se sabe que en esto de pactar, con no negar el agua, el pan y la sal, todo es caminar. Así que podemos estar contentos, o al menos esperanzados, puesto que parece que se avecinan nuevos tiempos para la energía en la próxima legislatura.